Los seres vivos son organismos que exhiben una serie de características distintivas que los diferencian de la materia inanimada. Estas características incluyen la capacidad de crecer, reproducirse, responder a estímulos del entorno, adaptarse a cambios, mantener un equilibrio interno y experimentar la muerte.
Antes de pasar al cuadro sinóptico de los Seres Vivos, repasemos sus características.
Características de los Seres Vivos
La capacidad de crecimiento implica un aumento en tamaño y complejidad a lo largo de la vida de un organismo. Los seres vivos también tienen la capacidad de reproducirse, lo que les permite generar descendencia, transmitiendo sus características genéticas a la siguiente generación.
La respuesta a estímulos del entorno es otra característica clave de los seres vivos. Pueden percibir y reaccionar a cambios en su entorno, lo que les permite sobrevivir y adaptarse. Mantienen un equilibrio interno, conocido como homeostasis, regulando constantemente su ambiente interno para garantizar un funcionamiento óptimo.
La adaptación es fundamental para la supervivencia. A lo largo del tiempo, pueden evolucionar y desarrollar características que les permiten prosperar en su entorno particular. Esta capacidad de adaptación es esencial para la diversidad de la vida en la Tierra.
Finalmente, la muerte es una parte natural del ciclo de vida de los seres vivos. A medida que envejecen o enfrentan condiciones adversas, los organismos mueren, permitiendo espacio para nuevas generaciones. Estas características distintivas definen a los seres vivos y los distinguen de la materia inanimada en el mundo natural.