El Porfiriato se refiere al período de la historia de México que abarca el mandato del presidente Porfirio Díaz, que se extendió desde 1876 hasta 1911. Durante este largo período, Díaz ejerció un control autoritario sobre el país y estableció un régimen conocido como la «dictadura porfirista». Tuvo un impacto significativo en la política, la economía y la sociedad de México.
Antes de pasar al cuadro sinóptico del Porfiriato, repasemos sus características.
Características del Porfiriato
Uno de los aspectos más destacados del Porfiriato fue la estabilidad política que Díaz logró mantener, aunque a costa de la supresión de la oposición política. Durante su mandato, se realizaron elecciones que se caracterizaron por la falta de competencia real, lo que llevó a la consolidación de su poder.
En el ámbito económico, el Porfiriato presenció un auge de la inversión extranjera, particularmente en la industria y la infraestructura, como ferrocarriles y minería. Esto contribuyó al crecimiento económico, pero también resultó en la concentración de la riqueza en manos de unos pocos, lo que exacerbó las desigualdades sociales.
También fue un período de modernización y desarrollo urbano, con la construcción de ferrocarriles, carreteras y edificios públicos. Sin embargo, estas mejoras se centraron principalmente en las ciudades, mientras que las zonas rurales se quedaron rezagadas y experimentaron condiciones de pobreza.
A medida que avanzaba el Porfiriato, se intensificaron las tensiones sociales y políticas. Grupos de oposición, como los liberales y los campesinos, comenzaron a presionar por reformas y un cambio en el régimen. Estas tensiones culminaron en la Revolución Mexicana de 1910, que derrocó a Porfirio Díaz y llevó a la caída de su régimen.